Interactivos?’12 Liubliana: Aproximaciones de los asesores

Aproximación de Chris Sugrue

"Al considerar lo obsoleto, creo que vale la pena preguntarse cómo los nuevos avances tecnológicos (que cambian a un ritmo  incomprensiblemente rápido) se quedan cortos en algunas áreas en las que los anteriores no lo hacían. Una tecnología obsoleta no suele reemplazarse necesariamente por una mejor. Además, muchas plataformas que se consideran obsoletas o fuera de moda en algunas partes del mundo, pueden ser importantes y florecientes en otras. Re-pensar, re-inventar o re-utilizar tecnología anticuada puede tener relevancia fuera de nuestro campo de conocimiento. Un taller de producción de proyecto como éste tiene el potencial para reunir a personas de diferentes ambientes y experiencias y puede ofrecer ideas inesperadas o alternativas que nos ayuden colectivamente a reconsiderar el pasado y el futuro. Considero que una de las mayores ventajas de trabajar con los medios digitales es su flexibilidad para fusionarse con otros dominios, tradiciones, oficios o filosofías y crear nuevas posibilidades y obras. Ofrecer ideas inesperadas o distintas alternativas de forma colectiva  nos ayudan a reconsiderar el pasado y el futuro. Creo que una gran ventaja de trabajar en los medios digitales es su flexibilidad para combinar con otros dominios, las tradiciones, la artesanía y la filosofía, así como crear nuevas posibilidades y obras. A través de la piratería, la experimentación y la creación de nuevos usos tecnológicos, podemos crear una oportunidad para vivir en el futuro que queramos en lugar del que se ha construido para nosotros ¿Se puede reinventar el pasado para construir nuestro futuro?" por Chris Sugrue.

Aproximación de Yago Torroja

"Observo mi móvil, el que tengo desde hace cinco años, le doy vueltas entre mis dedos ¿qué tiene de viejo? Sí, es evidente su desgaste físico, apenas puedo leer los números en las teclas (¿te acuerdas?... las teclas), pero ¿qué tiene de viejo? Es pequeño, se puede llamar, la batería dura cuatro o cinco días... ¿Por qué se nos hace tan viejo? ¿Es acaso una huida de nuestro propio envejecer? ¿Tal vez es que creemos que si las cosas envejecen más rápido, que si vivimos más rápido, nos arrugaremos más despacio? Ya no son segundos, o días, o meses, sino cambios; "Desde que te conocí han pasado siete móviles ¿Te acuerdas? Casi tres años!" Esta dinámica del cambio, de lo nuevo, de lo imprescindible, este comprar novedad para comprarnos tiempo, se ha vuelto el leitmotiv de buena parte de nuestra tecnología y de nuestra economía; haz inútil lo obsoleto, haz obsoleto lo cotidiano, haz cotidiano lo nuevo. Romper este esquema insostenible requiere algo más que reutilizar los despojos, algo más que tratar de recomponer con una
mano lo que con la otra rompemos. No se trata sólo de reaprovechar, de reutilizar, porque reutilizar es admitir el fin de lo útil, si no de replantear dónde está ese fin, cuándo llega, de proponer otros modelos en los que no cuadre el concepto de desecho, y en donde hablar de lo obsoleto ya no sea lo habitual, sino algo desfasado, anticuado, obsoleto... "Hoy me llega el nuevo móvil. Como los otros que he tenido esta hecho con plástico germinable. Observo el que ahora tengo entre mis dedos, le tengo cariño (¿te acuerdas?... hace ya casi tres años). Tengo ganas de plantarlo ¿Qué saldrá cuando lo riegue? Miro sonriente mi terraza,  allí lucen esplendidos el rosal y el bambú que nacieron de los otros que planté." por Yago Torroja.

Aproximación de Ida Ida Hiršenfelder

"Un taller colaborativo de desarrollo de prototipos es una de esas oportunidades únicas en las que las personas de diferentes profesiones se reúnen para explorar la dinámica entre aquellos que están fascinados por la tecnología y aquellos que desconfían de la tecnología como una gran contribución para la civilización y el desarrollo de la mente humana.
La tecnología que empleamos se encuentra constantemente sujeta a ser considerada como obsoleta, situación que crea una condición poco saludable desde el punto de vista psicoanalítico: aquello que se desecha y elimina funciona como la memoria reprimida de una civilización que refleja una experiencia que podría haber sido agradable y es rechazada debido al interés en nuevos descubrimientos. Lo viejo es ridiculizado por las nuevas generaciones como algo infantil en inmaduro, mientras que es precisamente esa tecnología obsoleta del pasado la que construye la forma con la que percibimos nuestro mundo. Este es el resultado de un proceso de evolución no tan centrado en la invención de lo nuevo, sino en la perpetuación de los mismos sistemas jerárquicos y del motor basado en el poder dominante inherente en la tecnología actual.
Tal vez sería útil ver la tecnología no sólo como un producto de leyes físicas, sino como una fenómeno cultural. La forma de romper los códigos culturales de la tecnología  debería dar paso a lo lúdico, innovador y artístico y dejar de lado la demanda utilitaria de su uso y funcionalidad?
La cuestión de las posibles aplicaciones de los resultados de los prototipos no es quizás la mejor en cuanto a lo que la crítica cultural respecta.  Las máquinas creadas estrictamente para servir un propósito inhiben la invención de nuevas fuentes de energía y obstaculizan una visión mas abierta de la tecnología no sólo como una acumulación de algoritmos, sino  una increíble serie de coincidencias. La pregunta en torno a la experimentación se centra en como hacer bellos los errores tecnológicos y convertirlos en una parte esencial del sistema. El objetivo no es simplemente desmitificar a la máquina dentro del proceso colaborativo de “Hazlo tu mismo”, sino también hacer que la mente humana se sienta mas cómoda con la máquina y tratar de construir máquinas que constantemente desafíen nuevas formas de pensar. Imaginar aquello que será obsoleto en la tecnología del futuro nos sitúa inevitablemente  frente a un camino diferente e impredecible." por Ida Hiršenfelder.

 

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