Hacklabs: Tecnología con acento de barrio

> Presentación

Porque resulta poco útil y hasta triste experimentar en solitario aquellas cosas que puedes hacer fácilmente con otros.
Porque no queremos aislarnos, sino todo lo contrario, del mundo que nos rodea.
Porque el cuarto de cada un@ es demasiado pequeño para montar redes de ordenadores.
Porque lo digital no sustituye a lo orgánico.
Porque es gozoso aprender y hacer cosas junt@s...

¡Únete al hacklab Cielito Lindo!  

Con estas palabras invitaba a la participación el madrileño hacklab Cielito Lindo, uno de los tantos laboratorios hacker que desde el año 2000 empezaron a poblar la geografía española. Los hacklabs, auténticas fábricas de hacktivismo, tenían deseos de “pastilla roja”, esa que abriría de par en par las puertas del conocimiento sobre la realidad del mundo. Una realidad que, por los primeros años de este siglo, se sabía ya compuesta de píxeles.

En una sociedad de la información en la que, más que nunca, el conocimiento era poder, los hacklabs luchaban por la socialización y redistribución más justa de ese conocimiento, muchas veces custodiado tras los muros de las patentes y del copyright. Y para hacerlo era preciso romper la virtualidad y volver al encuentro físico. Retirar los ordenadores de en medio y recuperar el vínculo de tú a tú para, solo después de eso, poder volver a hablar de ordenadores. La historia de los movimientos de defensa y de construcción del software libre no puede comprenderse sin los hacklabs. Esos pequeños grupos que dedicaron toda su energía a hacer del conocimiento un bien al alcance de todos.

A pesar de su importancia, por tratarse de proyectos muy pegados a la energía de las conyunturas, más preocupados por la intensidad que por la perdurabilidad, la documentación que se conserva sobre ellos es escasa. Valga como muestra la pobreza de su página en la Wikipedia, con demasiados enlaces rojos. Sindominio ha sido el proyecto de referencia para la publicación de sus webs, aunque ahora apenas están mantenidas. Mercè Molist, mantiene una wiki sobre la historia del underground digital en la península ibérica, en la que hay una página dedicada a ellos. Y uno de los muchos textos de referencia es “Hacklabs. Tecnologías y redes de ensamblado colectivo de autonomía digital”, escrito por Xabier Barandarian en 2003.