Gemma Bahhr · Urbanismo Fósil

Gemma Bahhr (seudónimo de Gemma Barricarte) es una arquitecta, artista e investigadora que explora, entre otras cuestiones, las relaciones entre la cultura, la política y la ecología en los procesos de transformación cultural y socioecosistémica contemporáneas. Su búsqueda se da a través de la investigación histórica, la creación artística, la narrativa y la imagen (en un sentido amplio) problematizando el nihilismo político contemporáneo y entendiendo la imaginación radical como una potente palanca de cambio social.

Proyecto

Desde el inicio de la Revolución Industrial en el siglo XXI, se han emitido 1,5 trillones de toneladas de CO2 eq, de las cuales, el 86% proviene de la quema de combustibles fósiles. Actualmente, los niveles de CO2 concentrados en la atmósfera ascienden a unas 420 ppm abarcando tiempos geológicos de otras eras. Quedan lejos los niveles pre-industriales de 280 ppm. La transición energética es una de las disputas más tensionadas en nuestra contemporaneidad a la luz del papel tan relevante de la energía en la crisis climática y en las vidas cotidianas. Pero la energía no es sólo una realidad física, es también una construcción histórica y cultural. “Urbanismo Fósil: hauntologías metabólicas y nuevas ecologías energéticas” tendrá como eje la discusión respecto al papel jugado por los imaginarios sociales en diálogo con su metabolismo energético en el desarrollo de la arquitectura y el urbanismo moderno de Madrid. Paralelamente, realizará prospecciones de nuevas ecologías energéticas a través de la especulación, la exploración de tecnologías como las de la inteligencia artificial en diálogo con la investigación teórica e histórica.

El concepto de hauntología entiende que lo que existe se asienta sobre ausencias, de algún modo presentes, que lo preceden y envuelven: su pasado, su historia, sus procesos, sus espectros. Ocurre algo similar si pensamos en el fenómeno hiperacumulativo del cambio climático y su relación con los combustibles fósiles. En la atmósfera permanecen acumuladas en forma de CO2 ciertos espectros o presencias hauntológicas: desde el primer fabricante de algodón de Lancashire de principios del siglo XIX que decidió renunciar a su vieja noria e invertir en una máquina de vapor hasta el desarrollo de la industria petrolera o la última partícula de CO2 emitida por la combustión de gas natural. En la atmósfera habitan aquellos espectros producto del metabolismo fósil y, al mismo tiempo, sobre ella se proyectan todo tipo de posibles futuros. No sólo nuestro pensamiento contemporáneo es un producto de la historia que nos precede, sino que también la materia, el entorno construido o los ecosistemas conviven virtualmente con tales espectros, producto de los metabolismos históricos. La investigación estará marcada por una fuerte sensibilidad diacrónica: buscará establecer puentes entre el pasado y el futuro para responder a las necesidades imaginativas del presente. La hauntología metabólica plantea una doble arqueología de la imagen urbana y arquitectónica: pasado y futuro convergen en ella a través de la presencia y la ausencia y la labor consiste en ponerlas en diálogo y activarlas. Este proyecto parte de la convicción de que una de las sendas más radicalmente transformadoras que contribuyen a recomponer la imaginación y el principio de esperanza colectiva es, por sus implicaciones, la descarbonización de los imaginarios y los afectos.