medialabmadrid 2002-2006: metodología, proceso y transformación

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medialabmadrid 2002-2006: metodología, proceso y transformación from Medialab-Prado

 

La historia del medialabmadrid nace de un encuentro entre tres agentes: el entonces director del Centro Cultural Conde Duque Juan Carrete, el artista y productor cultural Luis Rico y yo, comisaria de exposiciones y directora de diversos festivales de media art.  

El primer contacto fue mediado por el biólogo y profesor de la Universidad Complutense Federico Morán, entonces director del Ciclo de Invierno de Ciencia y Tecnología, que había participado en algunas de las actividades en las que dialogaban arte, ciencia, tecnología y sociedad, organizadas en años anteriores por nosotros, como la muestra internacional Cibervisión 99 que comisarié en la Universidad Rey Juan Carlos con algunos de los pioneros internacionales del arte cibernético e interactivo. Se planteó entonces aunar los cursos del Ciclo de Invierno de Ciencia y Tecnología con los proyectos artísticos de Cibervisión.

La necesidad de encontrar un espacio más amplio nos condujo al Centro Cultural Conde Duque de Madrid. Allí nos ofrecían la Sala de Columnas del antiguo cuartel y una pequeña estancia en la que Juan Carrete, anteriormente director de la Calcografía Nacional, había instalado unos años antes un Taller de Estampa Digital, con el que intentaba impulsar producción gráfica a partir de matrices informáticas.

Resultado de este primer encuentro entre tres personas procedentes de ámbitos muy distintos, fue el Festival de Arte, Ciencia y Tecnología que se celebró en marzo de 2002 en el Centro Cultural Conde Duque y que unía, efectivamente, el programa de la Universidad Complutense con la muestra de Cibervisión. Planteamos entonces como hilo conductor Dinámicas Fluidas que, tanto en las conferencias como en la exposición de arte interactivo, reflejaba la idea transversal que nos llevaría desde la física de fluidos al tráfico urbano, o desde los recorridos moleculares de impacto global [Nieto, Joaquín (2002): “Recorridos moleculares de impacto global”, publicado en Ohlenschläger, Karin y Rico, Luis (ed.) I Festival Internacional de Arte, Ciencia y Tecnología, cat. Centro Cultural Conde Duque, Madrid, p.68] de Joaquín Nieto, a los flujos migratorios de Archivio Disarmo.

La condición bajo la cual habíamos accedido a organizar este Festival fue la de iniciar al mismo tiempo una plataforma permanente de diálogo en torno a la emergente cultura digital que implicaba por partes iguales al arte, la ciencia, la tecnología y la sociedad. Pero no solo queríamos generar un espacio de reflexión crítica, sino un entorno para formar, investigar, producir y compartir proyectos. Uno de ellos fue la trilogía banquete_ (con los títulos metabolismo y comunicacióncomunicación en evoluciónnodos y redes) que se había gestado años antes de fundar medialabmadrid y que se siguió celebrando incluso después de finalizar la primera etapa del medialab, en LABoral y ZKM entre 2008 y 2009. Con todo, medialabmadrid quería impulsar cambios estructurales más profundos, con pequeños gestos y acciones que a medio y largo plazo tendrían un efecto transformador incluso mayor de lo que podíamos imaginar en 2002.

A la hora de concebir y desarrollar el proyecto de medialabmadrid dentro de una institución pública, se pusieron en valor varias experiencias y antecedentes:

  • En primer lugar la del Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid, el laboratorio informático pionero que decidió en 1968 abrir sus puertas a la colaboración puntual del equipo de matemáticos e informáticos con artistas plásticos, músicos, arquitectos o lingüistas para indagar el potencial todavía inexplorado de la computación en cada una de esas disciplinas.
  • En segundo lugar, la experiencia del primer espacio autogestionado por artistas en Madrid, el Espacio P, que había facilitado la confluencia entre los artistas visuales, escénicos y sonoros en la realización conjunta de proyectos multimedia. Entre todos gestionaron un espacio de 180m2 distribuido en dos plantas como lugar de encuentro para impartir clases de performance -siendo el arte de acción el elemento conector de todas las demás prácticas allí presentes-, al tiempo que se investigaba, producían y exponían proyectos; también fuera de su sede.

Inicialmente, el Centro Cultural Conde Duque solo concedió las instalaciones del extinto Taller de Estampa Digital para iniciar las actividades del medialabmadrid, sin conexión a Internet que por aquel entonces todavía tenía muy mala prensa para las administraciones locales. Fue sin embargo un espacio adecuado para introducir en las dependencias municipales un modelo inspirado en iniciativas artísticas independientes surgidas en los años 70 en Estados Unidos y en los 80 en Europa.

Aquel recinto fue suficiente para comprobar que más allá del espacio disponible, el movimiento –literal y metafórico- de las personas y de los proyectos genera el espacio, la emergencia y el crecimiento de unas dinámicas capaces de transformar en apenas cinco años aquellas instalaciones en un lugar abierto y permeable a la interacción entre artistas y científicos, entre distintos colectivos ciudadanos y los representantes municipales, entre un entorno local de exposición y aprendizaje, conectado aúna red internacional de centros de similares características, con los que se realizaron numerosas colaboraciones y presentaciones.

Clave para esta transformación fueron en un principio dos iniciativas:

  1. la conexión a Internet y el trabajo colaborativo en red tanto en la organización de los eventos, como en la producción de los proyectos, 
  2. la apertura hacía otros perfiles de usuarios, colaborando no solo con artistas visuales e informáticos sino con biólogos, geólogos, matemáticos, músicos, sociólogos o ecologistas.

El medialabmadrid se diferenció del Media Lab del MIT de Boston en que el modelo americano se sustenta sobre una estructura de interacción entre la universidad y la empresa, mientras que medialabmadrid se insertó directamente en el ámbito cultural y ciudadano. Desde el diálogo entre arte, ciencia y sociedad planteaba reflexiones críticas acerca del desarrollo tecnológico y su repercusión sobre la condición humana contemporánea, al tiempo que hizo al público partícipe de los procesos relacionados con la cultura digital a través de exposiciones, talleres, un programa específico de mediación y la invitación a distintos colectivos al diálogo y trabajo entorno a conceptos transversales vinculados con el medio ambiente, el software libre, el procomún, etc.

Toma las riendas fue el nombre del primer taller que el artista Daniel García Andújar realizó durante la inauguración del medialabmadrid,en marzo de 2002. Este título se convirtió después en lema de todo un programa de actividades, que compaginó la investigación, la formación, la producción y la exposición con la difusión nacional e internacional de los proyectos.

La presente ponencia ahondará no tanto en todo lo que se hizo (ver informe 2002-2006 adjunto), sino en cómo se hizo el medialabmadrid; en las ideas que inspiraron su creación, en los procesos de trabajo que desarrolló, en las metodologías que aplicó y en las personas que formaron parte de él.

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